Ministerio de matrimonios
Asistimos a las parejas en cada etapa del desarrollo matrimonial para que
puedan mantener una relación sana y duradera.
”El matrimonio es el lugar donde podemos ejercer en primer lugar el carácter cristiano, del cual se benefician la pareja, los hijos, la familia y la sociedad.
Un hombre y una mujer son en su naturaleza diferentes, a lo que se agrega que tienen distintos temperamentos, personalidades y fueron criados en familias con contextos y costumbres distintas. Después de la atracción y los motivos que les llevaron a compartir una vida juntos, enfrentan los desafíos de una convivencia, donde la necesidad de amor y una cultura de perdón permanentes se vuelven esenciales para alcanzar el propósito original de Dios, cuando creó el matrimonio, el cual es lograr la unidad de dos personas totalmente distintas (Génesis 2:24, Marcos 10:9).
Un hombre y una mujer son en su naturaleza diferentes, a lo que se agrega que tienen distintos temperamentos, personalidades y fueron criados en familias con contextos y costumbres distintas. Después de la atracción y los motivos que les llevaron a compartir una vida juntos, enfrentan los desafíos de una convivencia, donde la necesidad de amor y una cultura de perdón permanentes se vuelven esenciales para alcanzar el propósito original de Dios, cuando creó el matrimonio, el cual es lograr la unidad de dos personas totalmente distintas (Génesis 2:24, Marcos 10:9).
El primer mandamiento
Jesús ordenó que el primer mandamiento para el hombre es amar a Dios sobe todas las cosas, y que el segundo es muy parecido: amar al prójimo … o parafraseado “al cónyuge” como a uno mismo, porque prioritariamente es el más cercano (Mateo 22:36-40).
El primer mandamiento
Jesús ordenó que el primer mandamiento para el hombre es amar a Dios sobe todas las cosas, y que el segundo es muy parecido: amar al prójimo … o parafraseado “al cónyuge” como a uno mismo, porque prioritariamente es el más cercano (Mateo 22:36-40).
Tener una buena relación conyugal es un reflejo de nuestra relación con el Señor, ya que nadie puede decir que ama a Dios sin amar a su prójimo (1 Juan 4:20). La buena noticia es que la Palabra de Dios no solo es suficiente para revelarnos como el amor de Dios puede ayudarnos a lograr una convivencia matrimonial afín, sino también para impulsarnos hacia sus propósitos extraordinarios.
La Biblia habla sobre la prudencia de edificar una casa sobre un fundamento firme y en el contexto del Evangelio según San Mateo, capítulo 7, versículo 24, eso significa que el cimiento tan sólido como la roca, para edificar una familia, es la Palabra de Dios.
Tener una buena relación conyugal es un reflejo de nuestra relación con el Señor, ya que nadie puede decir que ama a Dios sin amar a su prójimo (1 Juan 4:20). La buena noticia es que la Palabra de Dios no solo es suficiente para revelarnos como el amor de Dios puede ayudarnos a lograr una convivencia matrimonial afín, sino también para impulsarnos hacia sus propósitos extraordinarios.
La Biblia habla sobre la prudencia de edificar una casa sobre un fundamento firme y en el contexto del Evangelio según San Mateo, capítulo 7:24, eso significa que el cimiento tan sólido como la roca, para edificar una familia, es la Palabra de Dios.
El propósito de Dios para tu familia
El Ministerio de Matrimonios del TCAD, realiza diversos tipos de eventos y brinda consejería bíblica confidencial y especializada, en sus esfuerzos por presentar la Palabra de Dios en su aplicación práctica, a fin de que las parejas puedan vivir el propósito de Dios para su familia y disfrutar de una relación conyugal de ensueño, previniendo o revirtiendo los efectos de filosofías y costumbres sociales que están destruyendo a la familia, que de manera alevosa o discreta, tratan de distanciar al matrimonio de los planes originales con que Dios lo creó.
Nuestros líderes
Por más de 10 años, Carlos Constanza ha servido junto a su esposa Ana en el área de matrimonios y la familia. Ambos han sido formados como consejeros bíblicos espirituales.
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Involúcrate con nosotros. Deja por un momento la rutina y dedícate a la reflexión de la Palabra de Dios con tu pareja.
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